miércoles, diciembre 02, 2009

Generación Peter Pan.

Existe una tendencia, extensamente avalada, a asignar etiquetas en los medios de comunicación a modo de golosinas sobre las que centrar nuestro interés. Uno de los últimos productos que nos ha ofrecido esta práctica es el término de generación ni-ni. Para los que no lo hayan oído, decir que se trata de una expresión magnánimamente acuñada al colectivo de jóvenes españoles que ni estudian, ni trabajan. Cuando nos hablan de la generación ni-ni, suelen presentarse datos estadísticos preocupantes y se intenta acercar al receptor de la noticia a la verdadera tragedia mostrando fotos o grabaciones de grupos de jóvenes sentados en un banco del parque en plena mañana laboral. El perfil suele ser el de un sujeto situado entre los dieciocho y treinta y tantos años, con buena formación académica y, evidentemente, desempleado. Una imagen de potencial desaprovechado, de víctimas del desequilibrio del balance de la oferta y la demanda, en la que se pretende profundizar buscando causas y soluciones. Los testimonios de los entrevistados son desgarradores. Revelan jóvenes frustrados y desilusionados con la vida, que no se sienten valorados por una sociedad en crisis económica cuyos efectos no hacen más que intensificar su situación de desahucio. En algunos casos, se acompañan de intervenciones de sus progenitores, comprensivos con el abatimiento de sus hijos, donde se esgrimen argumentos de precariedad salarial, de prohibición de la vivienda o de inestabilidad.


Sin ánimo de desmerecer el drama, las causas apuntan en otra dirección. Muchos de los miembros de la generación de nuestros abuelos, de la de nuestros padres quizá, no dispusieron de un respaldo económico sólido. Se incorporaban al mercado laboral prematuramente y, con frecuencia, en condiciones miserables. Hoy en día la situación ha mejorado sustancialmente. El grueso de la población española pertenece a una clase media que puede permitirse una educación prolongada para los más pequeños de la casa. Estudiar una carrera, o al menos tener la opción a ello, ha sido la ilusión que muchos de nuestros mayores han proyectado en nosotros. Y parece que lo han hecho bastante bien, dado el gran número de jóvenes que ocupan los bancos de los parques liando títulos universitarios. Cabe preguntarse en este momento cuántos jóvenes acceden a sus estudios universitarios no por verdadera convicción, sino por mera inercia, por evitar enfrentarse al mundo laboral o por miedo al ostracismo social. Lo que parece que nuestros mayores no han contemplado, y que nosotros –los jóvenes- hemos aplazado hasta el momento crítico, es el hecho de que la alta formación conlleva especialización. Y la especialización genera un empleo selectivo que no está al alcance de todas las geografías.


Yo he conocido a gente que estudiaba en la Universidad con el firme convencimiento de que su formación les garantizaría un empleo estable y un salario envidiable, sin moverse de casa. Lo que me resultaría extraño es que llegado el momento no se sintieran frustrados. En el último examen dejamos la máscara y aparecen los rostros, generalmente asustados, que no saben dónde mirar: si hacia adelante o hacia atrás. La vía por la que nos impulsaran hace ya tanto tiempo está bloqueada por el muro en el que nunca quisimos pensar, la última estación, y la inercia ya no nos lleva a ninguna parte. Se trata de una decisión: ¿qué línea cogemos ahora? Esperar parece la opción más segura, la más cómoda y, también, la que me hará irreconciliable con el mundo.


No niego que los salarios sean bajos, que los alquileres sean caros, que la nostalgia sea inconveniente. Pero hay que tomar una decisión. Un título universitario no es una garantía, sino una apertura de posibilidades que podemos, o no, aprovechar; pero en ningún caso una fábrica de víctimas o una excusa para la inacción involuntaria.

20 comentarios:

Kementari dijo...

Ya era hora de que alguien lo dijera en voz alta, pardiez: el mundo no es el salón de tu casa, ni el banco del parque donde te reúnes con tus amigos para que te den la razón sobre lo raros y locos que son tus padres y lo despreciable que es el mundo; todo eso antes de irte a que te sirvan la cena y te metas en la cama bien mullida y calentita para tener buenos sueños que te predispongan a seguir quejándote al día siguiente.

Vas a la universidad porque quieres: estudias lo que te apetece. ¿De dónde sacas que la sociedad tiene que tener un empleo para ti, justo de lo que te gusta, al lado de tu casa y pagado como tú crees que debe pagarse el gran esfuerzo que has hecho de estudiar una carrera, sin ninguna otra cosa que hacer en la vida? ¿Cuál es el problema si para currar tienes que irte a vivir a otro sitio? ¿SErás a lo mejor el primero, o el último? ¿Y si tienes que trabajar en algo distinto a lo que estudiaste? ¿No se supone que ibas a la universidad a aprender? ¿No es suficiente remuneración que ahora sabes sobre lo que querías saber?

Me temo que este artículo nos ofrece la base de la crisis del sistema económico actual: ¿podemos enfocarlo de otra forma?

Anónimo dijo...

jaja, yo accedí a mis estudios por inercia!!

Álvaro dijo...

Yo creo que el problema de la "generación ni-ni", como dices tú, viene de nuestros padres en el sentido de que ellos están muy mal acostumbrados.

Nuestros padres, con esfuerzo al principio, pero con suma facilidad al final, accedieron a puestos de trabajo en su mayoría pagados directamente por la administración como funcionarios u otros puestos no productivos, o como dicen en la jerga, "sin valor añadido". Lo que ninguno de nuestros padres se paró a pensar jamás era de dónde diablos provenía el dinero que les pagaba los sueldos y mantenía sus cómodos puestos de trabajo. Pero entre tanto, y como buenos padres, siempre procuraron lo mejor para sus hijos, lo que incluye la formación universitaria, creando la sensación de inercia.

Ahora que España ya no está en desarrollo y el turismo está en decadencia, los jóvenes nos vemos abocados a desempeñar trabajos que requieren especialización, pero lamentablemente el mercado laboral que nuestros padres construyeron no está adaptado para este tipo de empleo.

Consecuencia: paro y en casa hasta los treinta, comiendo pipas en el parque con los amigos del colegio. O a emigrar.

Lo más triste de todo es que los políticos actuales, de la generación de nuestros padres, siguen discutiendo acerca del sexo de los ángeles en vez de poner manos en harina. Ellos también están mal acostumbrados.

Me alegra saber que no soy el único que se queja :)

Luna dijo...

En Argentina, el fenómeno pasa, creo, no tanto por el desempleo de los calificados, sino por por la extensión de la adolescencia. Los jóvenes consiguen trabajos poco rentables y se quedan a vivir con los padres hasta cerca de los treinta años. Usan sus ( magros o no)sueldos en tecnología y recitales. Todos sabemos que ni siquiera se necesita salir de la casa para tener sexo. Los padres ante la inseguridad prefieren que el novio o novia se quede a dormir. Los hay también que prolongan sus estudios eternamente, como si recibirse significase también reconocer la madurez.

Un fenómeno nuevo que conlleva otras consecuencias: maternidades tardías, egocentrismo, etc.

Besos

howard dijo...

Estas aberraciones sociales son debidas al ambiente relativista y de laxitud moral fomentado por la cultura progre que empezó en Mayo del 68 y que encarna perfectamente el gobierno "progre" de Zapatero.

Jorge dijo...

Claro que sí, el inmovilismo y la desidia se derivan de Mayo del 68. Finísimo argumento. Claro está, que queda por explicar por qué la (odiosamente) llamada Generación ni-ni la integran por igual progres de medio pelo (o hijos de progres), apolíticos y capullos reaccionarios (o hijos de) a los que les falta tiempo para señalar con el dedo con tal de no reconocerse parte del problema.

Una vez aclarado que no parece ser una cuestión de actitud sociopolítica, agradecería una explicación de qué fallos estructurales vienen motivados por el "ambiente relativista" y la "laxitud moral". Qué chorradas dice la gente, en serio.

Buen post, Leralion, muy interesante.

Belén dijo...

La verdad es que tienes razón en todo: da miedo enfrentarse a la realidad y los cambios que suponen el acabar unos estudios y no encontrar la salida esperada, debiendo tomar decisiones. También es cierto que parece más cómodo y sencillo esperar a que el "trabajo perfecto" nos llegue caído del cielo. La verdad es que la vida no es así y siempre será más productivo, tanto para la sociedad como para uno mismo, trabajar en algo diferente o en lo propio pero no en las mejores condiciones (ya sean por desplazamiento o por salario) que al final acaban abriéndose otras opciones mejores y al menos no se "parasita" a los padres.

Es cierto que hay casos de mala suerte y gente que se esfuerza sin ver resultados, pero, a la larga, siempre acaban surgiendo salidas para los que realmente quieren trabajar, o al menos pequeños parches para "ir tirando",que, sin ser el cso ideal, es mucho mejor que no hacer ni tener nada.

A mí realmente me preocupan los que no buscan, los que sólo aceptarían puestos en condiciones maravillosas (o casi) . Y, casi más preocupante aún, los padres que aceptan que sus hijos no hagan nada aparte de gastar dinero porque "¡pobrecillos!". Parece que esos mismos padres no recuerdan los esfuerzos que han tenido que realizar para sacar a sus familias adelante y no les importa seguirse sacrificando para las litronas de sus hijos; porque, seamos sinceros, la mayoría de los "ni-ni" gastan un montón de dinero. Normalmente bastante más que sus progenitores, aunque sea sólo por el hecho de que lo reciben y tienen mucho tiempo para gastarlo. Creo que esos padres, en vez de pensar que no quieren que sus hijos sufran lo que ellos han pasado deberían estar orgullosos de lo que han conseguido y exigir responsabilidad a sus hijos. La vida no siempre es fácil y hay que "tirar pa'lante". Esta es la realidad.

Alex [Solharis] dijo...

Has tocado un tema doloroso y que me toca pero confieso que tienes razón. En mi caso he de hacer una fuerte autocrítica por la falta de iniciativa. En mi defensa diré que estos últimos años han sido muy difíciles y el balance de mi vida es muy decepcionante más allá del nivel intelectual.

Desde mi realidad dijo...

Todas esas cuestiones las pensé yo al acabar la carrera. A día de hoy puedo decir que uno de los mayores problemas es la falta de esfuerzo de la gente. Si te licencias y esperas cruzado de brazos es normal que no encuentres el trabajo de tu vida.
Yo nada más acabar la carrera empecé a preparar oposiciones. Lo que no podía hacer de ninguna de las maneras era ir a sentame en un parque viendo la vida pasar...

Buen blog, te enlazo, ok? :)

Álvaro dijo...

Joder tío, has conseguido que me interese por el tema. Ya sabes que yo vivo un poco alejado de las cosas mundanas que pasan por tierras peninsulares. He buscado en Google y me he leído varios artículos sobre el asunto.

Sigo diciendo que de aquellos polvos vienen estos lodos.

En cualquier caso gracias por alejarte por una vez de tus puñeteros libros :p

Leralion dijo...

Vaya, parece que el tema interesa bastante. Os agradezco a todos vuestra participación.

@K: Mucha gente no va a la Universidad a aprender. Estudiar es el sacrificio y un trabajo ideal la justa recompensa. No nos salgamos del guión porque no sabemos improvisar. Porque, por paradójico que parezca, no sabemos ser libres.

@Álvaro: El mercado económico ha cambiado mucho en pocas generaciones. Es cierto que ahora lo tenemos bastante más difícil para obtener un puesto de trabajo estable en la Universidad (que es el entorno que mejor se ajusta al problema que describes). Admito que la opinión de los padres de que si estudias todo será más fácil condicionó la mentalidad de sus hijos y contribuye a moldear su valoración social. Pero creer en la panacea es, en última instancia, un acto individual y no deja de ser una falta de responsabilidad asumir lo que nos interesa de las opiniones de nuestros padres.

@Luna: En mi opinión, creo que el momento de la emancipación se ha demorado en general. Pero una de las causas más evidentes de lo que podríamos llamar una neotenia cultural parece la dilatación del periodo de formación. Cuando una persona gana su propio sueldo, es más fácil que sienta ese impulso por tener su propio espacio y por definir su vida sin tener que dar más explicaciones de las que crea conveniente. Aunque sí que es cierto que hay muchos casos de dependencia del cocido de mamá, y son reespaldados por el sentimiento de inseguridad pa/maternal.

@howard: Chove, porco governo!

@Jorgito: Algunos son unos provocadores natos. Me alegro de que no hayas perdido ni una pizca de ironía o de ideología.

@Belén: Al fin y al cabo, echar a un hijo de casa no debe de ser nada fácil, sobre todo cuando te hace consciente cada día de todo lo que está en su contra.

@Solharis: Lo siento, Solharis. La entrada está lejos de ser un arma personal. Espero que superes pronto el bache. Lo que yo creo es que la vida tiene demasiados momentos decepcionantes como para permitirse renunciar a su nivel intelectual que, al fin y al cabo, es uno de los pocos que dependen en gran medida de uno mismo.

@Aida: Totalmente de acuerdo con la ley del mínimo esfuerzo. Enlazados quedamos. :)

Kementari dijo...

Álvaro: no sé de dónde sacas que la generación de nuestros padres obtuvo mayoritariamente puestos de funcionarios, porque jamás ha habido en España tantos funcionarios como hoy en día, tanto en cantidad como en porcentaje respecto a la población activa; y lo peor es que hablando con la gente joven, te encuentras con que aspira a ser uno más en esa estadística.

La generación de nuestros padres todavía conoció la inmigración, que en el retorno a menudo conllevaba poner un pequeño o mediano negocio: Hoy dia, si le dices a cualquiera que tiene que ir a trabajar al extranjero, lo considera una maldición en lugar de una oportunidad y desde luego, las estadísticas muestran que muy pocos tienen arrestos para pensar en convertirse en empresarios.

También conocieron todavía, en gran parte, el trabajo en el campo en unas condiciones que harían sonreir a cualquier capataz de plantación jamaicana. Dile tú hoy a un chaval que está llorando porque no encuentra un trabajo "de lo suyo" y en la puerta de su casa, que se vaya a coger naranjas en Sevilla, fresas en Huelva, uva en el sur de Francia y almendras en Tarragona.

Observo incoherencia en este párrafo:

"Ahora que España ya no está en desarrollo y el turismo está en decadencia, los jóvenes nos vemos abocados a desempeñar trabajos que requieren especialización, pero lamentablemente el mercado laboral que nuestros padres construyeron no está adaptado para este tipo de empleo."

Si estamos abocados, es porque lo exige el mercado laboral ¿no?

Otro de los problemas que observo es que hoy dia, para irse de casa la gente necesita tener otra con todo lo que han conseguido sus padres tras muchos años de trabajo: nadie piensa en meterse en un piso sin tv o a sentarse en una caja de naranjas.

Y sobre todo, nada, JAMÁS, de reconocer la responsabilidad propia en todo este asunto: eso implicaría tener que mover el culo para solucionarlo. En cambio, si echamos la culpa a otros, pues hala, a seguir lamentándonos de que esos "otros" no hacen nada y aquí paz y después gloria.
Porque resulta que esta generación llorona, es también la que más sale de cachondeo y más dinero tiene para gastar.

Álvaro dijo...

Kementari:

Supongo que hay padres en diferentes rangos de edad, y que cada uno se amoldó a las circunstancias como pudo. Particularmente no conozco a ningún padre o madre de amigos que trabaje en el campo, por ejemplo, o que haya trabajado. Si conozco inmigrantes, y algunos trabajan en cosas muy variopintas, incluso a veces ilegales.

Mis padres son funcionarios (los dos) y sacaron la plaza para asegurarse el sueldo y dar de comer a sus dos hijos pequeños. Haciendo un repaso de los padres de mis amigos creo que sólo se me ocurren un par de casos en los que no trabajan para la administración, directa o indirectamente.

Las plazas pagadas por el Estado son necesarias, pero deben rebajarse al mínimo, ya que son caras de mantener y no producen nada. Sin embargo es tan fácil crear estos puestos de trabajo que los gobiernos anteriores (a los que nuestros padres votaron) se inflaron a rebajar los números del desempleo a costa de poner nuevos funcionarios. De este modo la cifra de empleados de la administración en España es simplemente ridícula, y, lo que es peor, ha instaurado el sentimiento en muchos jóvenes de que es mejor así. Jamás serás más productivo en tu vida como lo eres entre los 20 y los 30 años, y si gastas ese tiempo en estudiar para un empleo administrativo al final el sistema productivo del país se resiente.

Hace una década crear tales puestos era posible ya que España estaba en amplio crecimiento gracias al turismo (¡cada año recibíamos más del doble de la población del país en turistas!) y las ayudas europeas. Si hubieramos gestionado bien ese dinero, fomentando la iniciativa privada sobre la pública, quizás podríamos haber desarrollado una industria basada en la exportación de tecnología. Esas son las empresas que tenían que haber dado empleo a la gran masa de estudiantes que sale cada año de la Universidad. Los jóvenes titulados, como bien dice Leralion en este post, son especialistas en su campo, y buscan un trabajo que de alguna manera les reporte la recompensa a sus años de estudio. El mercado laboral en España, por decirlo así, no está adaptado a estas personas ya que son pocas las empresas interesadas en sus servicios. El mercado está adaptado para el dinero "gratis" que llueve del cielo en forma de turistas y ayudas. Así que los recién salidos se enfrentan a trabajos que rara vez reportan una satisfacción personal, y dado que en casa de mami se está muy bien porque te miman, pues ahí te quedas.

Vivo en Reino Unido desde hace más de un año. Aquí cuando acabas una carrera tienes empleo ya que HAY EMPRESAS tecnológicas interesadas en los estudiantes, con proyectos interesantes y que les pagan unos sueldos que asustan (y que conste que a mi me ha impresionado). Los estudiantes se van de casa con 18 (la mayoría) y no vuelven. Eso no quiere decir que son independientes, porque al final el dinero se lo dan sus padres, pero al menos son independientes en su vida diaria y no tienen que dar explicaciones. Cuando te acostumbras a eso, es difícil volver al redil.

Yo reconozco mi responsabilidad en el asunto. Y en mi caso (yo soy completamente independiente) es dar a conocer mi punto de vista e intentar ayudar a mejorar mi país. Con el sistema de partidos instaurado, vamos a ir cada vez peor, ya que ganará quien más insulte y no quien mejores ideas tenga. Nos hemos convertido en forofos. Me gustaría que la participación ciudadana no se limite a votar al menos malo sino que se haga de forma activa.

Álvaro dijo...

Leralion:

Yo quiero empleo estable en la Universidad pero también en el ámbito privado. Debemos fomentar la creación de empresas tecnológicas (tecnologías de cualquier tipo: científicas o sociales). Me disgusta soberanamente que en España todo sea hecho desde la administración y que pocos sean los que tengan iniciativa para buenos proyectos.

Y sí, estoy de acuerdo contigo en que autoengañarse es gratis, y de hecho creo que es algo que a los españoles se nos da particularmente bien. Tendemos al acomodamiento.

Nos vemos pronto! :)

M dijo...

¿Que la fase más productiva de la vida es entre los 20 y los 30? Ejem. Suponiendo que el sujeto en esa franja de edad se ha desgilipollado ya, que tiene aplomo y mano izquierda para tratar con la gente, serenidad para no abrumarse por la carga de trabajo o llamémoslo estrés (ocho horas sin consola ni ipod, Dios bendito), y que tiene una motivación seria, a largo plazo, con responsabilidades familiares y la cabeza sentada para saber lo que hace, queda el pequeño detalle de que sólo tiene un puñado de conocimiento teórico.

A menos que hablemos de trabajos en el campo, vaya.

Álvaro dijo...

M:

La falta de conocimiento teórico no está reñida con la productividad, es más, puede ser beneficioso ya que la persona DEBE aprender. Al hacerlo, y dado que el número de prejuicios sobre su tarea es pequeño, tiene más posibilidades de llegar a una buena idea.

Las personas del estilo que tu comentas deben ser jefes porque tienen algo que es muy valioso: EXPERIENCIA. En su día esas personas tuvieron 20-30 años, y si su fase de aprendizaje/producción fue buena, su época de gestión es probable que también sea buena. Si la base productiva se centra en esta franja de edad, entonces perderemos dos cosas: capacidad de producir y capacidad de gestionar.

Huelga decir que las personas con experiencia deben gestionar el desarrollo de las personas que están aprendiendo.

Y lo desgilipollarse es opcional y puede realizarse a cualquier edad. Además, como otras muchas cosas, es un concepto relativo y cada uno lo hace como le da la gana.

Álvaro dijo...

Te (os) interesará saber que LaSexta prepara un programa bajo el título de "Generación Ni-Ni".

Miedo me da...

Anónimo dijo...

ME PARECE QUE LOS CULPABLES DE DICHA GENERACION NI-NI, SOMOS LOS PADRES.

Dors-seldon dijo...

Había leído hace tiempo esta entrada tuya Leralion, pero hasta ahora no había leído el contenido de todos estos comentarios y me parecen muy interesantes.

Estoy de acuerdo con la gran mayoría de las cosas que dices, Álvaro y además me gustaría comentar una.

Curiosamente a mi al rededor si que conozco algún intento de ir por libre. Mis padres siempre han sido autónomos y tengo alguno de mis tios que también. Y realmente están jodidos. No hay políticas en España que inviten a la creación y crecimiento de una empresa, todo lo contrario, lo primero que te hacen es ponerte más obstaculos de los que ya tiene, unos impuestos excesivos, ¿Qué después no los ganas? Bueno, te lo devolvemos ¿Y mientras que se come si el dinero se lo das al estado? Ah! bueno, eso ya no es su problema.
Así le hemos cogido terror a ir por libres, hacer unas oposiciones y ala! que así la vida es más fácil...

Lo que comentas sobre las empresas en inglaterra, bueno, a mi lo que me sorprendio por Irlanda es la cantidad de empresas que hay y la cantidad de jóvenes que trabajan. Irlanda también tiene muchos problemas (mucho alcoholismo y mucho vagabundo joven), pero también es un ejemplo claro de un país que aprovechó mucho mejor que nosotros las ayudas Europeas.


Aún no he terminado la carrera y la verdad temo un poco cuando pase, no se si me convertiré un "ni-ni" de esos, pero confío en que no, por lo menos no en la parte de "parásito".

Un saludo!

Anónimo dijo...

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Thanks in advance and good luck! :)