[...]A costa de la intensidad alcanza seguridad y conservación; en vez de posesión de Dios, no cosecha sino tranquilidad de conciencia; en lugar de placer, bienestar; en vez de libertad, comodidad; en vez de fuego abrasador, una temperatura agradable. El burgués es consiguientemente por naturaleza una criatura de débil impulso vital, miedoso, temiendo la entrega de sí mismo, fácil de gobernar.[...]
[...]Como cuerpo, cada hombre es uno; como alma, jamás.[...]
[...]A todo lo fiero dentro de sí lo llama lobo y lo tiene por malo, por peligroso, por terror de los burgueses.[...]
[...]Como cuerpo, cada hombre es uno; como alma, jamás.[...]
[...]A todo lo fiero dentro de sí lo llama lobo y lo tiene por malo, por peligroso, por terror de los burgueses.[...]
El lobo estepario. Hermann Hesse.
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