viernes, octubre 12, 2007

Como la vida misma.

Las tempestades llegan súbitamente, y de nada sirve gritar, porque nadie oye.

El desayuno le resulta "demasiada ceremonia. Toda su ridiculez se manifiesta cuando cojo la cuchara. Toda su falta de sentido. El terrón de azúcar es realmente un atentado contra mí. El pan. La leche. Una catástrofe. Así empieza el día con una dulzura taimada".

Él había cometido muchos errores sólo porque era joven. "La juventud es un error". El error de la vejez era, a su vez, comprender los errores de la juventud.

Un lenguaje del músculo del corazón es el de Strauch, un lenguaje "que palpita contra las pulsaciones del cerebro", malvado. Es una autohumillación rítmica bajo la "arquitectura estruendosa del propio oído interno".

Helada. Thomas Bernhard.

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