El tema en esta ocasión: aplicaciones de la teoría cuántica de la información. Concretamente el teletransporte y las simulaciones.

El proceso es muchísimo más complicado de lo que podría escribiros aquí. Y si pudiera no lo entendería. Creo que la mayoría tampoco lo haría, así que no hay gran cosa que lamentar. Al parecer se valen de dos partículas en un estado entrelazado. Una de ellas habría de estar en poder del emisor y la otra en posesión del receptor. De alguna manera el emisor combinaría los estados de la partícula del par y la partícula cuyo estado se quiere enviar y realizaría una medida. El receptor tendrá otra partícula junto a la del par entrelazado y automáticamente el estado de su sistema cambiará con la medida del emisor. No recibirá el estado del emisor tal cual, por eso es necesario una vía de comunicación clásica (canal de bits clásicos, o un teléfono para entendernos) por la que el emisor pueda informar al receptor de su estado y así éste sepa qué operación ha de hacer con su partícula para obtener el estado deseado.
Alguno se estará preguntando por la necesidad del teletransporte siendo necesario un medio de comunicación clásico entre emisor y receptor. La razón es que mediante canales clásicos no se pueden enviar estados cuánticos.
Otra consideración a tener en cuenta es que el teletransporte no viola el principio de causalidad. Esto es, que no va en contra de nuestra concepción temporal ni da lugar a paradojas a las que las divulgaciones de Relatividad nos tienen acostumbrados.
Al parecer, se han realizado experimentos con éxito en partículas. Se ha logrado transferir el estado de fotones a partículas. Y el último avance ya ha sido con materia propiamente dicho, en el que consiguieron teletransportar el estado de un ión a una distancia de micras. Éste sonará más, ya que salió en los medios hace unos años.
La segunda y última parte de la conferencia la dedicó a hablar de simulaciones. En realidad, todos los ensayos de simulación que se han llevado a cabo hasta el momento con procedimientos cuánticos se podrían haber desarrollado con procedimientos clásicos. De hecho los había con anterioridad. De todas maneras un ordenador cuántico constituiría una herramienta muchísimo más potente y podríamos realizar simulaciones que nos permitieran avanzar en multitud de campos, como el de los materiales. En especial si hablamos de los procesos responsables de la superconductividad a alta temperatura. De momento sólo se consiguen aislar adecuadamente ocho iones controlados por láseres. Pensemos que para lograrlo hay que estar un año entero en un laboratorio para calibrar los láseres, y que para lograr construir un ordenador cuántico se necesitan del orden de millones de iones aislados de esa manera. La puerta está abierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario